Los nuevos retos del arquitecto profesional

El sector de la arquitectura parece reactivarse después de una larga temporada moviéndose con lentitud y prudencia. Se está desarrollando en el mercado una conjunción de situaciones totalmente favorables para el desempeño de estas actividades, pero está el profesional preparado para tener un hueco dentro del mismo?

La construcción de vivienda nueva parece que empieza a dar síntomas de crecimiento y aunque no se lleguen a los niveles anteriores a la crisis, poco a poco se van viendo más grúas en nuestras ciudades. Y dentro de estos aires, nuevas formas de construir están calando con fuerza. Hablamos de la metodología BIM o de los desarrollos passivhaus, así como de la fuerza de los desarrollos inteligentes o “Smart”.

Por otro lado, el impulso hacia la rehabilitación, con la necesidad de reducir la demanda energética y los importantes paquetes de ayudas y subvenciones europeas y nacionales están cambiando el color de todos los edificios del entorno.

Con este escenario, el profesional de la arquitectura se enfrenta a una nueva revolución; adaptarse a los cambios, especializarse y competir.

Es en esta competición, en la que deben depositarse todos los esfuerzos del profesional por alcanzar y establecer un posicionamiento en el mercado. Los despachos de arquitectura están enfrascados en una guerra de precios y competencia desleal que no favorece el desarrollo sostenible de la actividad.

Hasta la fecha el arquitecto ha dedicado poco tiempo a su propia promoción y posicionamiento dejando a la propia evolución del mercado el posicionamiento de su empresa o despacho. Ahora ya no vale con tener una web donde se expongan algunos proyectos y donde se detalle la profesionalidad.

Es necesario tener una estrategia clara de posicionamiento y presencia en el mercado.

A continuación recomendamos algunas de las principales pautas a tener en cuenta para consolidarse como un referente dentro del sector y más allá de la realización de los proyectos singulares:

•      Una imagen, marca y logotipo que refleje el carácter del profesional o la empresa. Una imagen fresca, dinámica y actualizada.

       Esta imagen debe ser la bandera de cualquier actividad y debe estar presente en todos los                    soportes posibles.

•    Paralelamente a la imagen o marca es fundamental tener un “nombre” o “dominio web” propio que permita relacionar nuestra imagen con el nombre.
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•     La comunicación. Es fundamental explotar la comunicación desde un punto de vista personal. No vale con recomendar lo que hacen los demás y la evolución del mercado. Es necesario crear tendencia y opinión. Es obligatorio poner en valor los casos de éxitos y las experiencias por pequeñas que sean. Y lo que es más importante, la utilización de un lenguaje destinado al cliente y no al profesional.

A partir de estos tres conceptos, se debe desarrollar una estrategia de posicionamiento en el mercado, ya sea local, regional o estatal. Hablamos de participar en foros, charlas y jornadas. De organizar eventos exclusivos y de formalizar acuerdos comerciales como otros agentes del sector.

Una imagen adecuada, un discurso coherente y las ganas de trabajar, pueden abrir las puertas a un mercado en crecimiento con una proyección realmente importante a medio y largo plazo. 

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